Mi primer sentimiento de lo que hoy identifico como odio, lo experimente con 7 años, todo ocurrió en la calle de Pizarro de Valencia en donde mi abuela vivía.
En el 26 de dicha calle estaba un establecimiento llamado bicicletas Diana todos los día que iba a por el pan me quedaba mirando la exposición de bicicletas y decidí pedírsela de nuevo después de varios años de hacerlo a los Reyes Magos de Oriente que por aquellas fechas estaba muy próxima su celebración, en ese éxtasis se acerco un buen amigo al que odie y me explico que los reyes magos no existían, al instante supe que tardaría mucho en tener una bicicleta si es que llegaba a conseguir algun día reunir el dinero para comprarla.
Desde ese momento aprendi que a veces es mejor no saber algunas verdades y vivir reconfortado con la esperanza.
.Es más fácil amar a la humanidad en general que al vecino.(Hoffer, Eric)
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