viernes, 30 de agosto de 2024

Calasparra

 



Necesito hacer una escapada a Calasparra para meditar.  

Volver al lugar en que he pasado los mejores momentos de mi juventud.

 "AL CAMPO, LA HUERTA, LOS ARROZALES Y EL SECANO".

Yo nací en Barcelona y después de ahí, mientras dependía de la voluntad de mi madre viví en Valencia.


 
Imagen de la plaza del pueblo, llamada "La corredera" en los años 60

Mi madre, nació en Calasparra, allí mis abuelos tenían casa en el pueblo y unas tierras de huerta y secano con su correspondiente casa, la finca estaba dirigida por un labrador, junto a su  familia, que se encargaba de contratar jornaleros para determinadas actividades puntuales, sobre todo épocas de siega y recolección.




 A esa casa íbamos todos los veranos al acabar las clases en junio y pasábamos largas temporadas, a veces hasta septiembre.




La labradora tenia tres hijos dos varones y una chica, pronto nos hicimos amigos y a su lado como uno más aprendí a utilizar la azada para cavar la tierra, la pala, el rastrillo, el hocete, la hoz y la guadaña para segar o cortar hierba y en suma todos los aperos necesarios para la labranza.



Igualmente como uno más participaba en las labores de trillar,( me gustaba montar en el trillo tirado por dos bueyes).




 aventar la parva, sembrar, escardar el arroz tan famoso de Calasparra (arroz bomba) labrar, regar abriendo los caballones para dejar paso al agua, regando por inundación, abonar y un largo etc.




Convivía con ellos en el cuidado del ganado, bueyes, asnos, burras, mulas y finalmente aprendí sin tan siquiera llegar a alcanzar la altura necesaria a montar a caballo con una yegua que se utilizaba para junto con un macho arrastrar una pequeña carreta para ir al pueblo.



Con la yegua tengo un par de anécdotas: 

La primera es que me gustaba llevarla montado desde la era al establo cuando anochecía, al pasar por el brazal le gustaba beber del agua que corría fresca y transparente, para ello inclinaba tanto su cuello y sus patas delanteras que un día termine deslizándome por su cuello como si fuera un tobogán aterrizando entre el brazal y el arrozal ya que estando en libertad nunca llevaba montura.

La segunda fue casi inmediata, aprendí de aquella caída y cuando al pasar de nuevo por el brazal la yegua quería beber yo me bajaba, un labrador me pillo bebiendo directamente con mis manos del agua del brazal y me dio un sano consejo con un tono sarcástico(muchacho no bebas detrás de la yegua ponte delante de ella)

Por supuesto sabia ponerle la montura ajustarme los estribos a mi tamaño etc. 

 También a fijar las alforjas en el mulo para cargar cantaros o grano.

 


 y al manejo del carro tirado  por el macho y montado en el ir, hasta el pueblo unos 8 kilómetros, etc.

 

 

Daba de comer a los pavos, gallinas, conejos, cerdos y toda clase de animales que estaban en el establo en la cuadra o al aire libre con sus cercas.

 

 

 Aprendí a protegerlos y protegerme de las águilas muy numerosas por la cercanía del rio y la sierra de Murcia, de tal tamaño que levantaban un cordero con sus garras, lo dejaban caer para inmovilizarlo y a continuación se lo llevaban a su nido sin excesivo esfuerzo.

 



En la sierra de Murcia

(en su época había bandoleros).

 De ahí el dicho del rey Fernando el Católico que en una carta dirigida a la reina Isabel de Castilla, expresaba su deseo de:

 ¡Formar un ejercito leal y confiable excluyendo  a gitanos, murcianos y gente de mal vivir !

Posteriormente en otras épocas estuvo el maquis.




La finca era absolutamente autónoma, cultivaba y criaba todo lo necesario para comer, el pan se hacia una vez cada 14 día en un horno moruno, el agua se extraía del pozo, el aceite se obtenía en una pequeña almazara situada en un pequeño molino, simplemente casi por presión de las aceitunas, la finca tenia no para vender si no para uso propio bastantes olivos y también bastantes almendros.




La proteína animal provenía de los cerdos que se efectuaba una vez al año "la matanza" y luego se curaba su carne entre sal, aceite y frio/calor en las cámaras altas, también de algún cabrito. 

 Los huevos eran recogidos todos los días y como os he comentado habían pollos y conejos.

La leche podías elegirla de vaca o de cabra.

Para las heridas, rozaduras, dolores musculares etc., lo que más se utilizaba era el agua y jabón elaborado en tacos por ellos o el aceite de romero, también obtenido en la almazara. 

He visto curar las heridas por mordeduras o ataque entre animales simplemente lavándolas y poniéndoles aceite del candil.




Candil, las únicas luces eran del fuego o de las mechas del candil, mi horario era amanecer y levantarme, anochecer y acostarme y salvo las horas fuertes de sol de 13 a 17 el resto al aire libre y siempre colaborando en las tareas diarias. 

Creo que fue en estos años cuando acuñe como mía la frase de...

 "LA TIERRA PARA QUIEN LA TRABAJA"

Alguna vez por diversión montaba en la yegua para ir al rio Segura a menos de un kilómetro de la finca.

También en el campo monte la primera vez en bici, nunca tuve una propia, pero un labrador me la dejaba montar y con ella aprendí. 

Cuando me hice ciclista ya tenia alguna cana.

El rio Segura a su paso por la huerta era entonces tan caudaloso que nos servía para disfrutar bañándonos. 
Atravesarlo se hacia colgados de una maroma en una pequeña cabina movida a brazo. 
 
Aunque mi baño diario era en la acequia de aguas cristalinas con menos peligro, en ella saciábamos la sed.




Lo que se comercializaba era, el arroz, las frutas y el trigo que en el secano cada dos años se obtenía, uno quedaba la tierra en barbecho.




En ese secano, había mucho esparto que también se recogía y las labradoras lo convertían en cosas utilizables, desde alpargatas a alforjas, el resto se comercializaba.

  


Deje de ir al campo al incorporarme a otro campo en el norte de África, las experiencias de esta nueva época, no se pueden relatar aquí, las publicaré como todo(pagando yo la edición) con seudónimo pues algunos vivencias pueden ser comprometedoras.

Posteriormente esa propiedad se dividió por cuestiones de herencias y la parte de mi madre la vendió, hoy el único que conserva casa en el pueblo es mi famoso primo además de la familia de mi madre.

Aunque yo cuando voy prefiero ir a la Hospedería (me da más independencia)

IMÁGENES DE MI ULTIMO VIAJE

No obstante mi voluntad es acabar allí y para ello ya tengo un lugar reservado.
 
AL FONDO LA CASA CON LA PARTE DE ARBOLEDA
(MELOCOTONES Y ALBARICOQUES)
 
A MIS PIES LA ACEQUIA EN LA QUE ME BAÑABA, HOY CANALIZADA
 
 
EL RIO SEGURA 
 

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