LA AVARICIA DE UNOS POCOS HA TRAIDO LA MISERIA DE MUCHOS
"Pasará el tiempo, se calmarán los ánimos del jolgorio, las luces de neón, las ofertas, y llegará el momento en que se sienten a pensar en las responsabilidades, los egoísmos, la miseria humana, que los llevó a estar a merced de la tierra."
LA AVARICIA
Más de lo mismo. Casi tres años después de que esta crisis se instalase entre nosotros, las recetas para buscar una salida siguen incidiendo en la misma línea que las causas: más recortes sociales y laborales, menos protección social, más desregulación financiera y rescate con dinero público de las grandes entidades financieras y empresariales que no logran los beneficios deseados para sus negocios privados a costa de dinamitar las bases democráticas del Estado de Bienestar. La Unión Europea sigue acongojada en la inacción ante la prepotencia de los especuladores, fondos privados y bancos de inversión y de la corrupción de los mercados. Su voracidad es inagotable. Han originado un desastre financiero que están pagando millones de ciudadanos de a pie, ya sea vía desempleo, ya subidas de impuestos, ya reformas de los sistemas de protección social. Pero nadie ha hecho nada -ni política ni penalmente- para poner coto a sus desmanes, más allá de encender los altavoces del pensamiento único neoliberal para instruirnos en que no hay alternativa a ese modelo aunque su fracaso sea una evidencia diaria en los medios de comunicación. Se silencian las voces que reflexionan en direcciones diferentes y se echa mano de la amenaza de provocar un efecto dominó en Europa atacando las economías de un Estado tras otro si no se cumplen sus exigencias. Se habló de regular los paraísos fiscales y los mercados de capital, pero nada ha ocurrido que no haya sido poner en evidencia la ineficacia de los gobiernos para anteponer la política democrática de los intereses generales y la justicia social a la avaricia mercantilista especulativa.
LA MISERIA
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