Tal día como hoy hace ya cuatro años, dolor, incertidumbre carrera sin fuerza arrastrado por una mano amiga y al final sirenas y luces destelleantes para entrar en la absoluta oscuridad e inconsciencia...
Lloraba la tarde afuera,
yo madrugaba la vida.
Brujuleaba en el viento
un ambiente de arrebujo y de prisas
La lluvia alfombraba terca
lentejuelas de azabache que fulgían
Estaba la calle toda
amplia de tristeza fría,
y las sombras se apuraban
perseguidas por las luces vespertinas.
El viento en ráfagas, daba
pinceladas en un mundo gris ceniza.
Ventana de mi niñez.
Hoy le cuento mis desdichas:
llegue a las Puertas de Hades
y ahora debo revivir de tanta herida
Convalecencia por fin
tras cien noches de morir día a día.
Burbujeaba mi alma,
y en esa tarde bendita
el cielo era para mi
pura luz, porque este mundo me admitía.
Tras una duda, el Destino
decidió que prosiguiera con mi vida
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