Caballos involucrados en la barbarie...

Montados por los toreros durante Rejoneos o Touradas.

 Montados por el picador en las corridas de estilo español clásico.

Sacando al toro derrumbado de la arena en las corridas al estilo español clásico.

 Tientas de ganado en ganaderías de toros de lidia.

 Montados por el público en fiestas crueles.

En los toros al estilo español clásico el torero principal está a pie, pero en el primero de los tres ‘tercios’ de la corrida,el picador que lleva una lanza larga (la pica) monta a caballo durante unos minutos. El picador provoca al toro, y cuando él embiste al caballo, se clava la pica en el lomo. Estos caballos, que tienden a ser grandes y viejos, y no han sido especialmente entrenados para el evento, tienen un acolchado de protección en su cuerpo, y tienen los ojos vendados, al ser embestidos sufren un autentico pánico, ademas de los terribles dolores que le produce la embestida del toro.

En el pasado, tales caballos no tenían ninguna protección, así que invariablemente cada vez que el toro embestida, hería al caballo, que también moría durante las corridas de toros. Hoy, sin embargo, los caballos están protegidos con el acolchado, pero este no significa que ellos ya no sufren.

Es obvio que el impacto del toro causa dolor al caballo a pesar del acolchado, pero el caso peor consiste en cuando el caballo se cae debido al impacto, y el toro sigue embistiendo cuando está en el suelo. Esto pasa relativamente a menudo, y el comportamiento del caballo - dando patadas continuamente de pánico a fin de deshacerse del toro - es un signo claro del sufrimiento. En algunas ocasiones, el acolchado es insuficiente para prevenir que los cuernos del toro rasguen la carne del caballo.

El hecho que venden los ojos al caballo para que no trate de escaparse cuando vea al toreo también contribuye al sufrimiento. Ya que el caballo no puede ver al toro, el fuerte impacto aparece de la nada sin la advertencia, asustando al caballo.

Ha habido rumores de que los caballos de algún picador son 'tratados' de antemano poniendo algodón o periódicos mojados en sus oídos o hasta cortando sus cuerdas vocales, pero aunque no podamos confirmar si esto ha pasado o todavía pasa, es obvio que tales caballos son muy prescindibles, así que cuando son heridos de cualquier modo en la corrida, tienden a ser sacrificados en lugar de curados.