AQUI YACE REALBRIDGE
Cuando la conocí, me pareció una excelente idea, en pleno confinamiento y de una forma sencilla, ofrecía a los aficionados una posibilidad de seguir practicando su hobby, desde el sillón de sus casa.
Habíamos encontrado una forma de respetar las recomendaciones de no salir de casa y al mismo tiempo llenar nuestro tiempo de ocio.
Es cierto que habían ya ofertas similares, a mi juicio frías y muy dadas a la picaresca de la que nuestra sociedad ha dado cumplidas muestras, pero ésta aportaba que nos permitía vernos, saludarnos, en suma se había humanizado el proceso, podías volver a relacionarte con tus amigos a pesar de que vuestro centro deportivo o cultural permaneciera cerrado.
Atrás quedaba casi un año de intentos vanos de mantener viva la práctica de este juego, de intentar completar la formación de aquellos jugadores que aún no habían tomado la alternativa, incluso de motivar, enseñar a los menos habituados al uso de los ordenadores, tablets o teléfonos.
Un largo año del que no te atrevías a quejarte por vergüenza, bastaba escuchar la radio o leer un periódico, para sentir que eras un privilegiado al por mala comparación asimilar lo que a nuestros semejantes les estaba pasando, enfermedad y muerte.
Dentro de este caos desde el primer momento intenté seguir con lo que desde hace ya 25 años ha ocupado mi tiempo.
El caos ha continuado, pero mis proyectos han ido desmoronándose uno tras otro y no es tiempo de reproches ni de lamentaciones, sino de imaginación, creatividad y sobre todo constancia.
Desde hoy ya no recibiréis el enlace para conectaros al torneo del Ateneo Mercantil de Valencia en la plataforma Realbridge pues he decidido cerrarla.
Desde aquí mi agradecimiento a todos los que habéis estado a su lado durante su larga agonía.
He tenido ocasión de conocer personas de distintos lugares de España nuevas en mi vida y de mantener mis contactos desde otra perspectiva y nada más por eso ya ha valido la pena el esfuerzo y la dedicación a mi trabajo.
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