MAÑANA
“Las uvas de la suerte”
La tradición más reciente y única de comer uvas al ritmo de las campanadas que marcan el cambio de año fue un invento comercial provocado por una guerra en la que España no participó. Aunque existe un cierto debate y alguna controversia sobre el origen, se sabe es que se popularizó a partir de un invento de los agricultores de Almería, que a principios del siglo XX lograron cultivar una variedad tardía que maduraba en diciembre.
Lo más sorprendente es que la iniciativa inicial tuvo éxito en los países de centro Europa, no en España. Se trataba de una uva grande de un color verde atractivo que rentaba bien en ese mercado, sin campanas mediante.
Cuando en 1914 el polvorín sobre el que se asentaban los imperios europeos saltó por los aires con el asesinato de archiduque de Austria-Hungría, las fichas del dominó rodaron para consumar el desastre de la Gran Guerra.
En Almería, muy lejos de los endebles hilos que sostenían la paz y de los férreos pactos que espolearon la contienda vertiginosamente, cayó una ficha aislada: las exportaciones de la uva se hundieron.
En Almería, muy lejos de los endebles hilos que sostenían la paz y de los férreos pactos que espolearon la contienda vertiginosamente, cayó una ficha aislada: las exportaciones de la uva se hundieron.
Mientras Europa se desangraba, los agricultores buscaron una salida a su oronda y jugosa uva. Calificar como acertado el eslogan comercial que eligieron es una vileza. De haber sido así, el éxito habría podido salvar la cosecha de un par de años, cinco quizás. No hay constancia de que la frase “Las uvas de la suerte” tuviera un sesudo análisis, ni tampoco de lo contrario: que es el intangible ingenio que surge de la intuición y las pretensiones modestas.
Lo que define una tradición es que se hace siempre, pase lo que pase: las doce uvas no se interrumpieron ni con la Guerra Civil.
El mayor riesgo que tuvo que afrontar fue la insuperable Nochevieja de 1989 y la errática retransmisión de TVE que inmortalizó la presentadora Marisa Naranjo, ganándosde un hueco en los anales del país, al confundir los cuartos con las horas.
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10 mesas, 20 parejas. Número de manos: 24. Promedio: 168,0. Bye (*) ajuste porcentage registrado.
Rank Ptos % Nombre Nº Lic. AEB
N-S 1 215,0 * 64,0 Rosa Zamorano Corral - Mª Paz Roca Tudela 4641834 4641369
2 185,0 55,1 Mª del Pilar Miró Matínez - Matilde Vicente Collados 4641862 4641695
3 181,9 54,1 Alberto Espuig Bru - Margarita Candela Sospedra 4641833 4641792
4 181,6 54,0 Ana María Aquilino Mira - Carmen Tellols Pons 4641204 4641837
5 170,3 50,7 Mª Teresa Adiego-Martínez - Mª Luisa Calderay Torres 4641680 4641688
6 168,9 50,3 Mª Amparo Dávalos Bru - Josefina Molina Estela 4641394 4641692
7 159,9 47,6 Angela Pérez-García de Sotos - Carmen Herrera Coyradas 4641849 4641689
8 153,4 45,7 Mª Dolores Soler Rosell - Mª Carmen Perez Villanueva 4641360 4641846
9 134,1 39,9 Concepción de Villa Junquera - Nora Hurtado Ros 4641685 4641815
10 132,0 39,3 María Olmos Juan - Rosario Ordiñaga Hernández 4641514 4641838
E-O 1 226,1 67,3 Paquita Miro Martinez - Rosa Alicia García Ruiz 4641844 4641228
2 205,9 61,3 Viviana Gateño Hyam - Joaquín Berenguer Lapuerta 4641773 4641772
3 190,0 56,5 Pilar Prat Fabregat - Mª Angeles García Sánchez 4641586 4641713
4 189,6 56,4 Amparo Soriano Domínguez - Pepa Perales Luis 4641613 4641828
5 179,1 53,3 Emilia Albert Tomás - José Luis Garcés Pérez 4641628 4641696
6 168,0 50,0 Manuela Paloma Saporta Martínez - Mª Jesús Maestre Martí 4641711 4641820
7 143,4 42,7 Pilar De Vega García - Amparo Sánz Martínez 4641793 4641438
8 140,9 * 41,9 José Luis Rodríguez Nuñez - Paloma Birazel Martínez 4641718 4641700
9 120,7 35,9 Mª Angeles Moreno Bolaños - Julia Corominas Navarro 4641684 4641826
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