Ayer se
volvió a producir un incidente indeseable a consecuencia de:
El árbitro una vez
repartidos los estuches y ya comenzado el torneo, observa a instancias de la
pareja compuesta por Charo Ordiñaga y María Olmos ubicadas en la mesa 4 que en
la mesa 2 falta una jugadora. A consecuencia de ésto y siguiendo el reglamento pide
a la jugadora Mariló Ros que sea ella la que se quede de relé esperando a su
compañera que ya llega con retraso.
Esta es la practica habitual de
todos los árbitros no se puede comenzar un torneo con dos mesas
incompletas cuando se puede completar una y dejar a la otra en relé. El
incidente comenzó cuando le pedí a Mariló Ros que
cambie de mesa y espere la llegada de su compañera.
Dicha jugadora en lugar de aceptar
la decisión del árbitro, le argumenta que en otras ocasiones no se ha hecho
así,lo que es totalmente falso porque una vez repartidos los estuches y los
jugadores sentados en sus mesas el torneo tiene que comenzar. Todos los
jugadores hemos sufrido en algún momento esta situación aceptándola como
normal siguiendo las indicaciones del árbitro del día que es quien
organiza el torneo.
Después de aceptar la decisión
arbitral, no sin antes intercambiar reproches con el árbitro dicha jugadora
subió a Secretaria del Ateneo para dejar por escrito su queja, muy bien no
se lo que esta señora pretende, quizá una discriminación positiva?.
Si tenemos una comisión de bridge
que dos de sus componentes estaban presentes sin que intervinieran y colgado en
el tablón las funciones del árbitro y la actitud que deben adoptar los
jugadores, ¿cual es la pretensión de Doña María Dolores Ros?
El viernes por la mañana recibí la llamada de Amparo Andrés seguramente para contrastar mi versión, posteriormente hable con Maria Olmos, Cesar Hurtado, Maje Rodríguez Flores y Ramón Guillen, ambos miembros de la subcomisión de bridge etc. Y finalmente con Horacio Jiménez, Secretario del Ateneo, consideré que debía a través de mi teléfono publicar unas líneas para que los asistentes el jueves a la partida de bridge conocieran las pretensiones de Mariló Ros al elevar una queja que, para mí además de no ceñirse a la verdad, intenta menoscabar y pone en duda mi profesionalidad, es como si nos multan por estar mal aparcados y nuestra defensa es decir que a otros en similares circunstancias no los han multado.
Ahora ya con un ordenador en mis
manos, he querido darle la forma en la que ocurrieron las cosas.
Como federada que espero esté podemos dirimir este asunto a traves de la AEB
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