sábado, 27 de octubre de 2018

Carmen Albors, sabado 27





El miercoles 24 murio, la exministra y compañera Carmen Alborch a los 70 años.




El pasado 9 de octubre recibió la mayor condecoración valenciana, la Alta Distinción de la Generalitat valenciana. Allí sacó fuerzas de la flaqueza para defender sus ideas, su vida. Fue su último acto público, rodeada de amigos y familiares, y en presencia de los presidentes del Gobierno, Pedro Sánchez, y de la Generalitat, Ximo Puig. El feminismo “ha mejorado la calidad de vida de todos los ciudadanos” y por ello “debería ser declarado patrimonio inmaterial de la humanidad”, afirmó. La exministra incidió en que es “imprescindible la lucha” y la “esperanza” por una sociedad mejor y más igualitaria, y se mostró esperanzada de que el “efecto” contagio surgido en la sociedad tras el movimiento feminista continúe y se abran “más espacios” para las mujeres y para los “hombres cómplices”.





La carismática exdirectora del IVAM y antigua diputada socialista, enferma de cáncer, permanecía sedada en su casa de Valencia



Carmen Alborch, la ministra que descubrió a Issey Miyake





Feminista, comprometida, amiga de sus amigos ("No hay que despreciar a nadie porque todos te pueden aportar algo bueno en la vida", decía) y fan del diseñador japonés.




La fuerza y la alegría de Carmen Alborch se apagaron definitivamente. El cáncer se llevó este miércoles a una persona muy querida y de gran vitalidad. Hasta el último suspiro estuvo tomando notas para un nuevo libro. La exministra socialista falleció a los 70 años en su casa de Valencia, rodeada de su familia. Fue la embajadora de la modernidad de Valencia, hasta el punto de que el Gobierno de Felipe González la tomó como santo y seña de su política cultural nombrándola ministra del ramo en 1993, cargo que ocupó hasta 1996. Fue también la primera decana de la Facultad de Derecho de la Universidad de Valencia y la directora del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Su generosidad, su carisma, sus ideas y su experiencia laboral y política la convirtieron en un referente social sobre todo en los noventa y en principios del siglo XXI.

 

Alborch arrojó luz en la sórdida Valencia que surgía de la dictadura. Lo hizo, primero, desde la Facultad de Derecho como directora del Departamento de Derecho Mercantil y decana, y luego desde la Consejería de Educación y Cultura, a la que llegó de la mano del entonces consejero Ciprià Ciscar. Tras comandar la Dirección General de Cultura de la Generalitat valenciana y poner en marcha el Instituto Valenciano de las Artes Escénicas (IVAECM), fue nombrada directora del IVAM. Su afición por la cultura venía de lejos. Fue cofundadora de una galería de arte y era una presencia habitual de cualquier acto cultural, primero en su ciudad, Valencia, y más tarde en Madrid.

Llegó al ministerio impulsada por la luz irradiada por el IVAM, que dirigió desde 1989. Con ella al frente y con el excelente equipo que supo crear a su alrededor, encabezado por Vicent Todolí, exdirector de la Tate Modern, el museo se convirtió muy pronto en un referente en el arte contemporáneo.

Al poco de llegar a Cultura se cruzaron apuestas y maledicencias sobre lo que duraría en el cargo. Habían dimitido los otros ministros valencianos de aquel Gobierno socialista: Antoni Asunción y Vicente Albero. Sin embargo, ella acabó consolidándose y se convirtió en una de las ministras más populares. El éxito de su primer libro, Solas (2001), es una prueba de ello. Como ministra, logró un pacto de Estado para sacar al museo del Prado del debate político, lo que propició el gran salto adelante de la pinacoteca. También trazó el primer mapa nacional de infraestructuras y recursos culturales y concretó el pago de la colección Thyssen, cuyo museo se había inaugurado en 1992. Y lidió con la polémica rehabilitación del Teatro Real y con la Ley de Fomento de la Cinematografía.

Tras dejar el ministerio, fue diputada en el Congreso durante tres legislaturas por el PSOE, partido en el que militó tras muchos años como independiente. Posteriormente, fue candidata al Ayuntamiento de Valencia y senadora. Un imperativo que se marcó fue el de introducir la ética en la política y el concepto de ciudadanía.

Alborch tuvo una personalidad de una enorme proyección social y concitó un aprecio transversal. Nada más ser trasladado su cuerpo, coincidieron en el tanatorio el empresario Juan Roig, que la recordó como una excelente profesora; el expresidente de la Generalitat Joan Lerma, y el modisto y amigo Francis Montesinos, entre otros.

sabado 27    

7 mesas, 13 parejas, 1 pareja relé. Número de manos: 24. Promedio: 120,0. 
Bye (*) ajuste porcentage registrado.

     Rank   Ptos       %  Nombre                                                   Nº Lic. AEB  

N-S     1  143,8 *  59,9  Rosario Ordiñaga Hernández - María Olmos Juan          4641838 4641514
        2  128,9 *  53,7  Pilar López Catalán - Mercedes Del Rio Montoliu        4641445 4641810
        3  125,3 *  52,2  Amparo Font Ferrando - Mª Amparo Dávalos Bru           4641859 4641394
        4  124,3 *  51,8  Pilar Molina Domingo - Angela de sotos                 4641436        
        5  117,6    49,0  Mª Dolores Soler Rosell - Rodrigo Pérez Martínez       4641360 4641373

        6  102,5 *  42,7  Rosa Pastor Seligra - María Pilar Martí Viaño          4641752 4641694
        7   98,2 *  40,9  Mª Angeles Moreno Bolaños - Pepa Davó Galiano          4641684 4641823


E-O     1  131,2    54,7  Amparo Soriano Domínguez - Pepa Perales Luis           4641613 4641828
        2  130,6    54,4  Paloma Birazel Martínez - Mª Consuelo Jiménez Medrano  4641700 4641816
        3  127,8    53,3  Carmen Herrera Coyradas - César Hurtado Capilla        4641689 4641693
        4  113,0    47,1  Pilar De Vega García - José Luis Rodríguez Nuñez       4641793 4641718
        5  110,6    46,1  Concepción de Villa Junquera - Isabel Bellot García    4641685 4646339

        6  106,8    44,5  Manuel Martínez Gandía - Francisca Berenguer Such      4641099 4641286

El Pais.


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