SEVILLANAS EN LA FERIA DE SEVILLA
El barco se hace pequeño
cuando se aleja en el mar
y cuando se va perdiendo
que grande es la soledad.
Ese vacío que deja
el amigo que se va
es como un pozo sin fondo
que no se vuelve a llenar.
No te vayas todavia
no te vayas, por favor
no te vayas todavia
que hasta la guitarra mía
llora cuando dice adiós.
El poeta y folklorista Francisco Rodríguez Marín (Osuna 1855), uno de los más reconocidos estudiosos del folklore andaluz, apuntaba en sus escritos que había que remontarse al siglo XVII para encontrar los orígenes de las sevillanas, que a día de hoy aún se cantan y bailan en la Feria de Abril de Sevilla.
«Las sevillanas no es más que una seguidilla de Sevilla, que se instala en Sevilla y se codifica tanto para la música como para el baile y se asientan a mediados del siglo XIX, con el nacimiento de la feria en 1847. Pero sus orígenes son muchos anteriores. Toda la modernidad está plagada de referencias a la gente del común, a los pícaros, a la gente del pueblo, que danza y canta estas formas de seguidillas populares» explica Cristina Cruces, Catedrática de Antropología Social de la Hispalense.
Si bien, la raíz de este palo flamenco, considerado por algunos como menor, está presente en las celebraciones de las clases populares; su vinculación a la feria se debe a tres factores o sectores sociales.
«En primer lugar el pueblo que bailaba estas danzas, lo hacía de manera natural, en sus rituales de vecindad o en los rituales de transición, como llamamos en antropología a las bodas, las comuniones o bautizos. Cualquier celebración estaba plagada por bailes de seguidillas, que se bailaban de una manera muy distinta a como se hace hoy. Pero mantenían la estructura aproximada de lo que hoy reconoceríamos como los cuatro versos octosilábicos en asonante».
Bandera del pueblo Gitano
La pequeña burguesía y la aristocracia sevillana también jugaron un papel fundamental durante los siglos XVIII y XIX, que «adoptan una serie de prácticas que emulan lo popular, y sobre todo , vinculadas con el nacionalismo y el casticismo, como reacción al afrancesamiento de las costumbres». De hecho, indica esta catedrática de Antropología, fueron los que instalaron lo que hoy conocemos como casetas privadas.
Mujeres bailando sevillanas con el traje del mal llamado traje de flamenca, deberíamos decir traje de gitana?
Y en tercer lugar, los gitanos, que vienen asociados a una feria que se origina como de ganado. Son una comunidad que tiene entre una de sus ocupaciones principales el trato del ganado, y seguidamente empiezan a incorporar una serie de actividades laborales a la feria. De esa manera, empiezan a adoptar estas formas de danza y adaptarlas a su estilo, tanto en términos coreográficos como en términos estéticos.
Al igual que el estilo, la temática también ha variado con el tiempo. Las referencias del siglo XVIII y XIX hablan de temáticas populares, en el sentido de temas picantes, de la vida cotidiana de la vida del pueblo. Un buen ejemplo que aún pervive, indica Cristina Cruces, son las sevillanas corraleras que hablan de asuntos de vecindad, una gacetilla de acontecimientos del momento, o ensalzamiento de pasiones amorosas o la belleza de la mujer de Sevilla. Más tarde, en el siglo XX, en la década de los setenta podemos hablar ya de las sevillanas biblicas.
Las sevillanas de cuatro en cuatro, no llegaron hasta la década de los sesenta con los hermanos Reyes y los hermanos Toronjo, que «codifican la sevillana moderna, cantada con grupos de cuatro, con unidad temática y con unidad musical,pues antes las sevillanas se cantaban sueltas, y a partir de esa codificación de los años sesenta comienza un desarrollo paulatino con nuevos grupos populares y también las sevillanas bíblicas».
Ana Lorenzo
La Feria de Abril, la fiesta más profundamente sevillana, es producto de la iniciativa del vasco José María de Ybarra y del catalán Narciso Bonaplata. Lo que empezó como una feria de ganado con casetas de lona donde se alojaban los tratantes y algunos tenderetes para atender a los visitantes se ha convertido en un acontecimiento social y turístico de primera magnitud.
9 mesas, 17 parejas, 1 pareja relé. Número de manos: 24. Promedio: 168,0.
Bye (*) ajuste porcentage registrado.
Rank Ptos % Nombre Nº Lic. AEB
N-S 1 212,9 * 63,4 Rosa Alicia García Ruiz - Paquita Miro Martinez 4641228 4641844
2 209,0 * 62,2 Rosario Ordiñaga Hernández - María Olmos Juan 4641838 4641514
3 193,5 * 57,6 Rosa Zamorano Corral - Mª Isabel Franco Solano 4641834 4641430
4 170,6 * 50,8 Mª del Pilar Miró Matínez - Amparo Soriano Domínguez 4641862 4641613
5 164,9 * 49,1 Isabel González Cañamero - Maria del Carmen Medina Arevalo 4641814 4641648
6 162,0 * 48,2 Francisca Berenguer Such - Manuel Martínez Gandía 4641286 4641099
7 147,4 * 43,9 Afsar Baibordi - Mª Luisa García Sánchez 4641850 4641868
8 129,1 38,4 Pilar Molina Domingo - José Luis Rodríguez Nuñez 4641436 4641718
9 128,2 * 38,1 Mª Dolores Pardo Moreno - Mª Angeles Moreno Bolaños 4641703 4641684
E-O 1 212,0 63,1 Nuala Hahn Todd - Carmina Botella Arbona 4641465 4641505
2 188,6 56,1 Mª Dolores Soler Rosell - Rodrigo Pérez Martínez 4641360 4641373
3 188,1 56,0 Emilia Albert Tomás - José Luis Garcés Pérez 4641628 4641696
4 180,1 53,6 Carmen Herrera Coyradas - Angela Pérez-García de Sotos 4641689 4641849
5 158,4 47,2 Concepción de Villa Junquera - Pepa Perales Luis 4641685 4641828
6 146,7 43,7 Margarita Candela Sospedra - Elvira Morales 4641792 4641817
7 143,7 42,8 Amparo Sánz Martínez - Pilar De Vega García 4641438 4641793
8 126,3 37,6 Adela Rodrigo Saez - Isabel Bellot García 4641206 4646339
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