La Iglesia Primitiva acostumbraba celebrar el aniversario de la muerte de un mártir en el lugar del martirio.
Frecuentemente los grupos de mártires morían el mismo día, lo cual condujo naturalmente a una celebración común.
En la persecución de Diocleciano el número de mártires llego a ser tan grande que no se podía separar un día para asignársela.
Pero la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos. La primera muestra de ello se remonta a Antioquia en el Domingo antes de Pentecostés.
Aunque la tradición anglosajona de Halloween gana adeptos día a día, la fiesta católica del Día de Difuntos o Día de Todos los Santos todavía tiene sus fieles seguidores en España e Hispanoamérica. Cada primero de noviembre, muchas familias rinden culto a sus antepasados acudiendo al cementerio y adornando las lápidas con flores.
Pero esta fiesta es algo más que un tributo a los fallecidos: es un día perfecto para reunirse con la familia y degustar los postres típicos de tan señalada fecha.
Es un hecho que cada región tiene sus propias preferencias para la repostería de esta jornada, pero, sin duda, los buñuelos de viento, los huesos de santo y los panelletes son los postres más populares en España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario